27 octubre 2015

Qué es y qué sucede en la Sala de Psicomotricidad

La sala de psicomotricidad constituye un lugar privilegiado para el niño/a, ya que suceden cosas importantes para él. Es un lugar en el que el niño/a resuelve sus problemas, se desarrolla y se manifiesta como es sin ser rechazado en toda su expresividad psicomotriz, lo cual le llena de satisfacción y felicidad.

También supone un lugar importante para el Psicomotricista, puesto que en este espacio se siente creador, ve evolucionar al niño/a y abrirse a todo lo que le rodea.

Para los niños/as este espacio tiene un significado muy especial, ya que se ya que se convierte en:

 Lugar del placer sensorio motor.
Actividades:
Balancearse, saltar, rodar, deslizarse, lanzarse, subir escaleras, correr, gritar, cantar, tocar el tambor o la trompeta, construir con cojines, jugar con cuerdas, disfrazarse, maquillarse, atacar, jugar, reposar, esperar, observar y descubrir.

Lugar de la expresividad psicomotriz. El niño/a es escuchado y reconocido en todas sus producciones en las que juega sus roles y vive momentos de emociones intensas con los que le rodean. Su dimensión simbólica y expresividad psicomotriz crecen en cuanto establece confianza con el Psicomotricista, así, nos confía su vida personal más profunda, conflictual y creativa.

Por tanto, en esta fase es importante la descarga de gran cantidad de energía y tensión del niño/a mediante el movimiento de su cuerpo. Vive sus movimientos, descubriéndose a sí mismo, sintiendo una sensación de placer al moverse y valorando su utilidad, logrando una descarga tónica que le lleva a alcanzar la descarga emocional.

 A la vez que se avanza en la motricidad, el niño/a irá atenuando su esfuerzo, por lo que irá dirigiendo su atención hacia los diferentes objetos de la sala, previo al juego simbólico. Aquí se manifestará la vivencia personal de cada uno, pues es de esta manera como el niño intentará entender la realidad de su experiencia, en el juego. Podemos destacar de forma significativa dos tipos de juegos para desarrollar en la sala de psicomotricidad:

 Juegos motrices: saltos, equilibrios, balanceos, arrastre, caídas, etc.
Juegos simbólicos: papás y mamás, médicos, héroes y superhéroes, etc.

 Un lugar de comunicación, tanto a nivel verbal como no verbal, a través de los gestos, la voz o la mímica. Con estas manifestaciones el niño/a consigue la escucha por parte del otro, que acepta sus producciones, le comprende y responde haciéndole evolucionar.

 Un lugar de deseo para el niño/a. El simple hecho de asistir a la sesión de psicomotricidad supone para el niño/a un motivo de alegría. En este lugar proyecta sus imágenes, sus acciones y creaciones, y lo más importante: “imagina su placer antes de vivirlo”, se adelanta, y esto es fundamental para la evolución del niño/a.

 
Un lugar de manipulación, entendida por Aucouturier como “la competencia del Psicomotricista para hacer evolucionar las producciones del niño/a”, de manera que la tarea del Psicomotricista es hacer evolucionar al niño/a desde su expresividad psicomotriz hacia la expresión simbólica.

 

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