El cuerpo: una herramienta
clave para el aprendizaje. Articulo del país
La promoción del juego libre y la instalación de salas
de psicomotricidad son un primer paso para jerarquizar lo corporal a la par de
lo intelectual. En Uruguay, hay avances en el sector preescolar pero aún falta
mucho.
Daniela Bluth
No pasan ni diez segundos
desde que Gabriela da la orden de "¡A jugar!" hasta que los más de 20
niños se lanzan a la conquista de bloques de polifón, colchonetas, cuerdas,
telas y una codiciada hamaca de tela. Tienen cinco años y mucha energía para
gastar. Nicolás (los nombres fueron cambiados para la nota) quiere jugar a los
ninjas, Bruno tiene ganas de construir un fuerte, Isabel es la princesa y
Valentina su mamá. Catalina y Lucía están armando una casa y Mateo se puso en
la fila para balancearse. Tiago está escalando como el Hombre Araña y Micaela
ya saltó tres veces sobre los colchones. El juego es libre y las reglas claras:
no se puede pegar, no se pueden destruir las construcciones de los demás y hay
que cuidar los materiales.
La escena se repite a
diario en la sala de psicomotricidad del preescolar del Instituto Crandon,
adonde asisten los niños de entre uno y cinco años. Este espacio, a cargo de la
psicomotricista Gabriela Ventimiglia, permite que los alumnos se expresen
libremente a través de su cuerpo, una experiencia que, está comprobado,
colabora a su sano desarrollo intelectual y emocional. "Es un concepto que
desde el punto de vista teórico siempre estuvo en el discurso, pero llevarlo a
la práctica es más complejo. En el ámbito educativo todavía cuesta lograr una
coherencia entre lo que decimos y la praxis cotidiana", advierte la
maestra y psicomotricista Ana Cerutti. Fue pionera en esto de "jerarquizar
el cuerpo sobre la mente" con una propuesta psicomotriz en el colegio
Bartolomé Hidalgo en 1986.
Pese a algunos cambios
graduales, la teoría y la práctica demuestran que la sociedad, y con ella la
escuela, todavía reproduce la dicotomía mente-cuerpo. "No se trabaja el
ser integral", opina la psicóloga y psicopedagoga Claudia Hoffnung.
"Habría que empezar a integrar el cuerpo como herramienta y contenido de
aprendizaje", agrega. Como parte de su licenciatura en Psicopedagogía,
Hoffnung realizó una investigación que concluía que "la escuela está lejos
de ser un espacio de creación de identidad, donde se considere que somos un
cuerpo y no que tenemos un cuerpo".
Incluir lo corporal en
la tarea pedagógica es contar con clases de expresión corporal, educación
física, danza o canto, pero también utilizar el cuerpo como un instrumento de
aprendizaje de determinados contenidos y poder interactuar con los significados
que éste expresa. "El problema es que a veces no podemos entender qué nos
está diciendo. Y estamos hablando de un cuerpo que se comunica para enriquecer
y favorecer el desarrollo del niño", dice Cerutti.
El cuerpo, como
principal instrumento de expresión del ser humano desde su nacimiento, también
es la base que permite al niño desarrollar su bienestar físico y emocional. De
hecho, una actitud corporal, como la calma o la exaltación extremas, pueden ser
señales de alerta de que algo no anda bien. "Los niños deprimidos,
tristes, con su cuerpito quieto, pueden pasar por momentos muy jorobados y
pasar inadvertidos para los docentes, porque son niños que no hacen ruido, no
molestan", explica Hoffnung. En cambio, se suele prestar más atención a
los hiperactivos, para quienes "no hay mucho lugar en el aula". En
ambos casos, señala la psicóloga, el cuerpo está "hablando" de un
problema a atender.
Es que aún en la normalidad, la
psicomotricista advierte que a los niños de hoy les cuesta resolver situaciones
sencillas a través del cuerpo. "El uso de las manos nos preocupa
muchísimo", puntualiza. Tareas como vestirse, atarse los zapatos o usar
los cubiertos suelen estar "descendidas" para la edad. "Esos son
los cimientos del desarrollo y no se les está dando el lugar que deberían tener
por muchos motivos, pero sobre todo porque se privilegia el aprendizaje formal.
Está eso de `ya sabe leer`, `ya maneja la computadora`, pero de repente no
puede resolver una situación sencilla con un compañero".
La falta de tiempo y
el abuso de la tecnología como forma de entretenimiento son dos de los aspectos
que, para Cerutti, le juegan en contra al cuerpo. "Los espacios físicos
son cada vez más pequeños y los adultos no tenemos mucho tiempo para salir a
jugar, por eso compensamos con la imagen... y eso genera niños más inquietos,
más desafiantes, más distraídos, en parte porque no pudieron canalizar y
expresar la energía que es natural en ellos", opina.
En el día a día
Ventimiglia constata que los más pequeños tienen dificultades para esperar y
que la demanda hacia el adulto es cada vez mayor. "En la sala de
psicomotricidad favorecemos determinados espacios y materiales, apostando a que
el niño recorra un itinerario de maduración que va del placer de la acción al
placer de pensar la acción", explica. Además, se trabaja en coordinación
con las maestras de sala. Integrar la psicomotricidad a la rutina educativa es
cada vez más común en preescolares públicos y privados de todo el país.
De todos modos,
todavía hay mucha diferencia entre lo que ocurre en el preescolar y en la
escuela. "Rápidamente se pasa de que ese cuerpo exista y sea parte de los
contenidos de aprendizaje, a negarlo", sostiene Hoffnung. "Y cuanto
más crecen los chiquilines, peor. Si miramos hacia secundaria, prácticamente se
olvida todo, el cuerpo, el juego... tienen educación física y poco más. Los
tenemos todo el día detrás de un pupitre escuchando a un profesor", dice
la psicóloga, quien trabaja con adolescentes.
Actuar y corregir.
El abordaje en una
sala de psicomotricidad no sólo permite acompañar y apuntalar el normal
desarrollo de un niño, sino también detectar -a tiempo- si existen
dificultades, dice Ventimiglia. "Tenemos la ventaja de estar en contacto
con los niños desde el año de vida, que es muy temprano. No sólo vemos el
desarrollo motor, sino cómo el niño usa el cuerpo para conocerse y relacionarse
con el entorno y con los demás".
Los niños son
"un ser único e integral", opina la médica Alicia Fernández,
expresidenta de la Sociedad Uruguaya de Pediatría, y así deben ser abordados.
"La violencia que un niño sufre en sus diferentes formas la manifiesta
corporalmente. Y puede hacerlo con dolor abdominal, dolor de cabeza, falta de
ganas para comer o distracción en la escuela". Además, Fernández asegura
que el lenguaje no verbal "puede ser la manifestación de enfermedades
orgánicas".
Lograr un desarrollo
corporal adecuado para cada edad, coinciden los especialistas, influye en el
despegue de las capacidades intelectuales. "Sin embargo, todos conocemos
personas con déficit de desarrollo corporal o motor que han desarrollado
normalmente o incluso en forma superior sus capacidades intelectuales",
puntualiza la pediatra. Un ejemplo es Daniel Radcliffe, el actor que da vida al
popular Harry Potter, quien padece dispraxia, una dolencia conocida como
"enfermedad del niño torpe".
CLAVES, CONSEJOS Y
SEÑALES DE ALERTA
-Claudia Hoffnung,
psicóloga y psicopedagoga, sostiene que el cuerpo debe ser considerado como un
"contenido importante" para el aprendizaje y pone como ejemplo el
simple hecho de contar. "Los dedos son importantísimos y no se usan.
Muchos niños cuentan con los dedos escondidos porque les da vergüenza o
directamente porque las maestras no los dejan". Y agrega: "Habilitar
eso, que es tan sencillo, ya les genera alivio".
-En las salas de
psicomotricidad se parte del juego espontáneo del niño, de ahí que aparezcan
situaciones de la vida cotidiana o hechos recientes.