Los mimos derriten corazones
de hielo
Por
eso querid@s, frente a este frío helador, lo mejor es poner en práctica lo
siguiente:
1.
Acérquense sin brusquedad a la persona querida
(Hij@,
amig@, compañer@, familiar, autoridades, cargos políticos, personas en general….
2.
Coja entre sus manos la cara del susodicho a la altura de los mofletes.
3.
Con esos magníficos carrillos entre sus manos acarícielos con ambos
pulgares.
4.
Mírele a los ojos. Pero bien, con ganas.
5.
Acérquese más y diga en falsete: ¡Pero cómo te quiero, madrecita
mía!
¡Es
que, es que... te comía a besos!
6.
Bese por doquier.
Ya
veréis cómo de esta manera, esa persona que está a punto de lanzarse a la
calle para lidiar con el viento, la nieve, la lluvia y demás elementos
meteorológicos y de otros tipos, lleno de una fortaleza desconocida y
sorprendente, pues sus ganas de afrontar el día eran mínimas, pues
bien, esa persona puede con lo que le echen.
Texto modificado e ilustraciones del cuento Cocorrina
y el puchero mágico Mónica Carretero
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