El aula de Expresión se transformó en un gran océano, el
océano perdido del Sobrarbe, un océano lleno de amor, colores, creatividad y
los sonidos que con tanto amor y tranquilidad Alfonso nos envolvió, porque fue
una tarde mágica, los sonidos nos acariciaron el cuerpo, el corazón y el alma.
Gracias a Alfonso por darnos la oportunidad de conocer, sentir,
la armonía de los cuencos tibetanos. Gracias a las familias que participaron en
esta actividad especial que organizó dentro de los Talleres de Expresión.
Gracias a las niñas y niños que asistieron y a las familias en
total participaron 42 familias. Muchas gracias por escuchar sentir y viajar al
Océano Perdido del Sobrarbe, Besos sonoros y mágicos Nati G.G.
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